martes, 19 de junio de 2012

POEMA AL CORAZON





Una tarde bendecida
me diste, amada, una flor,
y de entonces su perfume
embriaga mi corazón.



Era un jazmín blanco y puro
más no tanto como tú;
emblema de mis ensueños
símbolo de tu virtud.

Yo lo conservo en mi pecho
y en él siempre vivirá;
lo han marchitado mis besos
y lo he regado al llorar.

Pero conserva el aroma
de tu aliento virginal
de tus lágrimas la huella,
de tus miradas quizá.

Será el dulce compañero
de mi triste soledad;
y mientras tú no me olvides
jamás me abandonará.

Más, si acaso por desgracia,
te olvidaras de mi amor,
no resistirán sus hojas
la tormenta del dolor.

Y en medio de mi amargura,
de mi angustia y aflicción,
se deshará de mil pedazos,
¡y con el corazón!
Poemas al Corazon

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